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jueves, 7 de abril de 2011

La ofensa contra los pies de loto de Krishna-priya Thakurani





En una ocasión Sri Chaitanya Mahaprabhu le entregó con mucho sentimiento un govardhana-sila a Sri Raghunath Das Goswami. Ninguno puede describir la dicha que Das Goswami experimentaba cuando adoraba a esa piedra sagrada. Poco antes de abandonar este mundo, Raghunath Das Goswami le encomendó la adoración del govardhana-sila a Srila Krishnadas Kaviraja Goswami, que a su vez La sirvió con todo esmero y abnegación. Y cuando Kaviraja Goswami partió, Mukunda Das se encargó de adorarla con tanta devoción, que literalmente se sumergió en un océano de prema. Mukunda Das adoró al govardhana-sila por un tiempo considerable.


Ahora voy a contarles quién recibió posteriormente esta govardhana-sila. Sri Narottam Mahasay es el devoto más querido de Sri Lokanath Goswami. Chakravarti Ganga-Narayan fue un discípulo excelso de Narottam. La esposa de Ganga-Narayan se llamaba Vishnu-priya. El corazón de ella se inundada de felicidad cuando estaba absorta en el rasa de servir a Govindadev. La hija de ambos, Krishna-priya, era la personificación de la devoción pura. Krishna-priya era tan adelantada en el servicio devocional que los vaisnavas le confirieron el título de “Radha-kunda-vasi Thakurani”. Ella dejó Gaudadesh, su tierra natal, y se radicó en Vraja, la cual recorrió de un extremo a otro para visitar los lugares sagrados dónde Radha y Shyamasundar llevaron a cabo sus exquisitos pasatiempos amorosos. Finalmente Krishna-priya se estableció en Sri Radha-kunda y ahí se puso a observar estrictamente las reglas y regulaciones de bhakti que ella misma se fijó. En Radha-kunda Mukunda Das tuvo la oportunidad de presenciar la maravillosa personalidad de Krishna-priya Thakurani, razón por la cual la glorificaba continuamente lleno de felicidad.

Una vez, cuando Mukunda Das estaba ya anciano, comió un alimento en mal estado y como consecuencia enfermó del estómago. Entonces Krishna-priya se encargó de atenderlo y lo puso en una dieta tan benigna que Mukunda pronto recuperó el apetito. A raíz de esto Mukunda solía decirle una y otra vez: “Tú me cuidaste amorosamente como a un hijo”.

Un día Mukunda le dijo a Krishna-priya: “No puedo encontrar el techo de la gran devoción que tienes por Sri Krishna; por consiguiente, eres realmente la persona idónea para degustar las melosidades que escurre la adoración de esta govardhana-sila”. Tras decir estas palabras Mukunda le entregó a Krishna-priya la sila de Raghunath Das Goswami. Pocos días después Sri Mukunda Das partió de este mundo.

Fue así como Thakurani no sólo recibió sino continuó ofreciendo servicio devocional a la govardhana-sila de Das Goswami. Ella le tenía tal afecto amoroso que, por no tener la capacidad de entender dicho afecto, no puedo decir nada autoritativo respecto del mismo. Sólo para dar una leve idea les confidenciaré que un día Srimati Krishna-priya Thakurani vio al Propio Vrajendra-nandana emerger del sila.

Repito, es prácticamente imposible describir las actividades de Krishna-priya Thakurani. Hari-nama estaba constantemente presente en su lengua. A quienquiera que ella dispensara su misericordia, todos sus deseos se satisfacían. Pero si alguien la ofendía, echaba a perder su vida. En una ocasión un devoto de nombre Rupa Kaviraj cometió una ofensa contra ella. El resultado fue que éste contrajo lepra y murió miserablemente, tras lo cual se convirtió en un fantasma. En una ocasión futura narraré esta historia con lujo de detalles. Por ahora sólo la describiré brevemente.

Rupa Kaviraj nació en una familia de alta alcurnia y desarrolló una personalidad santa. Voy a describir qué tipo de guru-krpa recibió mediante la explicación de las diferentes relaciones gurú-discípulo que se entablaban en ese tiempo.

El querido devoto de Sri Chaitanya Mahaprabhu es el misericordioso Sri Lokanath Goswami. El discípulo de éste es Srila Narottam Masaya. El discípulo de éste es Chakravarti Ganga-narayan. El discípulo de éste es Chakravarti Sri Krishna-charan. El discípulo de éste es Rupa Kaviraj, el hermano espiritual del gurú de Visvanath [Chakravarti Thakura], Radha-raman Chakravarti. Sri Rupa Kaviraj tenía fe firme que gurú y Krishna están al mismo nivel. Tras recibir la orden de su maestro espiritual, Rupa Kaviraj se radicó en Radha-kunda. Con anterioridad había estudiado diversas ramas de conocimiento, tales como retórica y gramática sánscrita. Ello a su vez le hizo surgir el deseo de estudiar las escrituras encabezadas por el Srimad-Bhagavatam. Tras pedirle permiso a su gurú, Rupa Kaviraj comenzó a estudiar el tratado de la devoción bajo la guía de Sri Mukunda Das. Por su parte, Sri Krishna-charan Chakravarti regresó a Gauda.

Rupa Kaviraja estudió los libros de Srila Rupa Goswami, de Srila Raghunath Das Goswami y de otros eminentes seguidores de Sri Chaitanya Mahaprabhu. Gracias a ello, se absorbió día y noche en probar y saborear las divinas melosidades de bhakti-rasa. Todos los residentes de Radha-kunda sintieron mucha felicidad de verlo ocupado de esa manera. En poco tiempo Mukunda Das le impartió a Rupa Kaviraj el divino conocimiento trascendental.

Posteriormente, sin embargo, tras la partida de Mukunda Das, tuvo lugar un incidente pasmoso. Unos cuantos días después de la desaparición de Mukunda Das, este Rupa Kaviraj cometió una grave ofensa contra Srimati Krishna-priya Thakurani.


Un día, cuando Rupa Kaviraj se aprestaba para recitar el Srimad-Bhagavatam, todos los vaisnavas se congregaron para escuchar la trascendental narración. Krishna-priya Thakurani llegó al lugar rebosante de alegría. Como era reverenciada por todos, la asamblea de devotos jubilosamente le dio la más cordial bienvenida. No obstante, Rupa Kaviraja no le ofreció respeto alguno. Por su parte Thakurani no le dio ninguna importancia al desmán de Rupa Kaviraja, sino que simplemente se sentó expectante y deseosa de escuchar sri krishna-katha.


Tras recitar el Bhagavatam por un rato, Rupa Kaviraja alzó la vista y le dijo a Krishna-priya Thakurani: “Cómo es posible que puedas hacer dos cosas al mismo tiempo? Es sumamente molesto notar que mientras recito el Sri Bhagavata, tu lengua no deja de cantar los santos nombres. ¿Cómo puedes hacer esto? Thakurani respondió: “El hábito de esta lengua es cantar constantemente hari-nama. No impide en lo más mínimo mi capacidad de oír”.


Rupa Kaviraja permaneció sentado luego de escuchar la respueta, pero un sentimiento de ira colérica se apoderó de él. Ese preciso instante fue el comienzo del fin de Rupa Kaviraj. Primero desarrolló una mentalidad de menosprecio hacia su propio maestro espiritual. Luego proyectó esa mentalidad hacia krsna-caitanya-vigraha, y finalmente hacia los vaisnavas en general. Rupa Kaviraj quedó privado del supremamente raro sendero de la devoción. Como un asaltante que atraca, su ofensa le robó el prema-avesa (absorción sobrecogedora que deviene del amor extático a Dios) que anteriormente experimentaba. En todos los aspectos su inflada concepción de sí mismo se hinchó aún más, motivo por el cual se creía muy importante y distinguido. Y en círculo vicioso siguió cometiendo más y más ofensas contra otras personas. Tras inventarse su propia filosofía errónea, Rupa Kaviraj se volvió en un ser completamente atribulado e, incapaz de actuar sensatamente, se adentró en la senda egoísta que caminan aquellos que son envidiosos del Señor Supremo.


El brillo de su cuerpo se desvaneció y el fuego de su digestión disminuyó. La ausencia de brillo se hizo evidente en todas las partes de su cuerpo. Reducido a la condición de un desgraciado decadente y acabado, Rupa Kaviraj huyó a Gaudadesh. Inicialmente trató de incorporarse al asrama de su maestro espiritual pretendiendo hacer creer a sus hermanos espirituales que nada había sucedido; sin embargo, todos se habían enterado de lo que acontecido en Radha-kunda. Descubierto en todo sentido, Rupa Kaviraj se sintió terriblemente abochornado. El incidente de cómo Rupa Kaviraj rechazó a su gurú se difundió por todas partes, y la gente hablaba del tema por doquier. Humillado y totalmente arruinado, también se marchó de Gauda porque se sentía muy incómodo ahí. Rupa Kariraj huyó a Orisa y se radicó en Kuliya-gram. En dicho poblado su cuerpo fue lentamente corroído y destruido por la lepra. Tras soportar sufrimientos horripilantes, Rupa Kaviraj finalmente murió. Como fantasma comenzó a espantar y hasta poseer personas que también habían ofendido a vaisnavas. Todo aquel que en el plano astral padecía los ultrajes de Rupa Kaviraj, tras despertar caía en la cuenta: “¡He cometido una ofensa!”

Cada vez que me preguntan: “Si Rupa Kariraj llegó a ser un devoto tan sobresaliente, ¿cómo es posible que su vida tuviera un desenlace tan desgraciado?”, yo respondo: “Si alguien comete vaisnava-aparadha, ¿qué se puede esperar?

En el Caitanya-caritamrta está la siguiente declaración:

vaisnavera sthane haya ksudra aparadha
maha maha premira pada vada*

“Por cometer una pequeña, aparentemente insignificante ofensa contra un devoto genuino del Señor, incluso el devoto más excelso que ha alcanzado el nivel supremo de amor trascendental, cae de esa plataforma de prema”.


Es así como el autor del Sri Caitanya-caritamrta, Srila Krishnadas Kaviraj Goswami, ha explicado este tema detalladamente e informado a todos del fruto amargo, de las consecuencias desastrosas del vaisnava-aparadha. Por lo tanto la persona que toma toda clase de precauciones para no ofender a los devotos, se convierte en ser más afortunado del universo entero.

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